jueves, 24 de octubre de 2013

Un relato sencillo.

Mi nombre es Teodora Herrero Paquico y vivo en Belmez y, con ánimo, me dispongo a contar algo de mi vida, pues como don Antonio nos anima tanto a que escribamos, contando cosas de nuestra vida cotidiana y aunque me da un poco de miedo, lo voy a intentar.

Nunca había escrito en estas circunstancias, quiero decir, para que me lean los demás, y redactar un escrito partiendo de una idea en mente: a mí escribir se me da fatal.

He pensado que con la ayuda de mi amiga Emilia, que ya está mas ducha en este menester, entre las dos, podamos conseguir que no salga un adefesio.

Yo voy a la Escuela de Adultos los días que puedo. Por circunstancias de la vida, fui muy poco a la escuela y lo poco que sabía se me ha ido olvidando al no practicarlo. Cuando me pongo a escribir, me como algunas palabras. En la Escuela de Adultos no escribimos mucho, algún dictado y poco más: cuentas y algunos ejercicios de razonamiento y otros días me voy a mi campo. Tengo un cortijo cerca de Doña Rama y allí me lo paso muy bien leyendo, pues la lectura sí me gusta mucho y con los libros que nos han regalado en el Taller de Lectura me ha entrado el gusanillo y, aunque alguna cosa no la comprendo, pero poco a poco la vuelvo a leer y así lo comprendo y me entero mejor.

En el campo, a veces he tenido que ayudar a mi marido y en varias ocasiones he tenido que colaborar en el nacimiento de algún borreguito que venía de mala postura.

Tenemos un pequeño huerto para nuestro «avío» y como siempre sobran de la recolecta, me dedico a hacer mermeladas y conservas para guardar. También cojo aceitunas, pues tenemos varios olivos. Árboles frutales también y algunos ciruelos y naranjos, pero con ellos tenemos suficiente.

Una actividad que me encanta es la costura, pues he sido modista y, sentada al sol otoñal, a la puerta del cortijo, me paso las horas sin darme cuenta.

Tengo dos hijos que están trabajando fuera, como pasa con tantas familias y también dos nietos, niño y niña, que son preciosos (y que no sé a quien habrán salido), pero son los dos guapísimos. Son la alegría de los abuelos y, cuando vienen, llenan la casa de risas y felicidad.

Teodora Herrero 
Asociación de Mujeres «Kronos» de Belmez

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